LA SEBASTIANA (3)

  • Ferrari 692, Valparaíso.
  • Fonos: +56-32-225 6606+56-32-225 6606 / +56-32-223 3759+56-32-223 3759

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“Siento el cansancio de Santiago. Quiero hallar en Valparaíso una casita para vivir y escribir tranquilo. Tiene que poseer algunas condiciones. No puede estar ni muy arriba ni muy abajo. Debe ser solitaria, pero no en exceso. Vecinos, ojalá invisibles. No deben verse ni escucharse. Original, pero no incómoda. Muy alada, pero firme. Ni muy grande ni muy chica. Lejos de todo pero cerca de la movilización. Independiente, pero con comercio cerca. Además tiene que ser muy barata ¿Crees que podré encontrar una casa así en Valparaíso?” Este fue el encargo que Pablo Neruda les había hecho, en 1959, a sus amigas Sara Vial y Marie Martner. Parecía difícil encontrar una casa que satisficiera las aspiraciones del poeta, pero después de mucho buscar apareció la obra gruesa de un caserón, ubicado en el cerro Florida. La había construido el español Sebastián Collado, quien destinó todo el tercer piso a una pajarera. Don Sebastián murió en 1949 y  aquella casa inconclusa y llena de escaleras quedó abandonada durante muchos años. El poeta fue a ver la construcción. Le gustó, entre otras cosas, por lo disparatada que era, pero la encontró muy grande, de modo que la compró a medias con la escultora Marie Martner y a su marido, el doctor Francisco Velasco. Estos se quedaron con el subterráneo, el patio y los dos primeros pisos, mientras Neruda tomaba posesión de los pisos tercero y cuarto y de la torre. “Salí perdiendo –decía en broma-. Compré puras escaleras y terrazas”. Lo cierto es que tenía una vista privilegiada sobre la bahía. En tres años el poeta terminó de construir y de alhajar la casa. La decoró con fotos antiguas del puerto y con un gran retrato de Walt Whitman. Uno de los obreros le preguntó si era su padre. “Sí, en la poesía” –contestó Neruda-. Algunas ventanas se hicieron en forma de claraboyas de barco. La más grande de las terrazas se convirtió en comedor. La casa se inauguró el 18 de septiembre de 1961 con una fiesta memorable. Cada uno de los invitados fue incluido además en una “Lista por méritos inolvidables”, donde se destacaba la ayuda que habían prestado para convertir esa obra gruesa abandonada, en “La Sebastiana”, como la bautizó Neruda en honor de su primer propietario y constructor. Para esa ocasión escribió el poema “La Sebastiana”, que después incluiría en el libro Plenos poderes. En su parte inicial dice: “Yo establecí la casa. / La hice primero de aire. / Luego subí en el aire la bandera / y la dejé colgada/ del firmamento, de la estrella, de la claridad y de la oscuridad…” A Neruda le gustaba esperar el Año Nuevo en Valparaíso. “La Sebastiana” era un mirador privilegiado para el tradicional espectáculo pirotécnico del puerto. Allí pasó su último fin de año, el de 1972 y vio llegar 1973. “La Sebastiana” –saqueada después del golpe militar de 1973-, fue restaurada en 1991. En la casa se conservan colecciones de mapas antiguos, de marinas y otras pinturas, entre ellas un retrato de Lord Cochrane y un óleo que muestra a José Miguel Carrera poco antes de ser fusilado. Hay muchas otras reliquias del puerto y piezas curiosas, como cajas de música y un viejo caballo de tiovivo, tallado en madera. La Casa Museo La Sebastiana cuenta con un sistema de áudio-guías y está disponible en inglés, francés, portugués, alemán y español. Fundación Pablo Neruda, Fernando Márquez de la Plata 0192, Santiago de Chile E-mail: info@fundacionneruda.org Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.

Fono: +56-2-27778741+56-2-27778741 / +56-2-27378712+56-2-27378712

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