LA CHASCONA (2)
- Fernando Márquez de la Plata 0192, Barrio Bellavista, Providencia, Santiago.
- Fonos: +56-2-2777 87 41+56-2-2777 87 41 / +56-2-2737 87 12
Pablo Neruda empezó a construir en 1953 una casa en Santiago, para Matilde Urrutia, su amor secreto de entonces. En su honor la bautizó “La Chascona”, que era el apodo que él le daba a ella por su abundante cabellera rojiza.
Matilde recuerda que una tarde en que caminaban por el barrio llamado hoy Bellavista, encontraron un terreno en venta, a los pies del cerro San Cristóbal. Se veía cubierto de zarzas y tenía una pendiente pronunciada. “Estábamos como embrujados por un ruido de agua –escribió Matilde en sus memorias-, era una verdadera catarata la que se venía por el canal, en la cumbre del sitio.” Ambos se entusiasmaron y decidieron comprarlo. Mucho tiempo después, en su poema “La Chascona”, del libro La barcarola, Neruda evocaría el “agua que corre escribiendo en su idioma”, y las zarzas “que guardaban el sitio con su sanguinario ramaje”.
Inicialmente se construyó solo el living y un dormitorio. Entonces Matilde vivía sola en la casa. “Yo trabajaba todo el día en mi jardín –recuerda-, no hubo un árbol, una planta que no fuera escogida y plantada por mis manos…”. Entretanto, el poeta seguía con su esposa, Delia del Carril.
Muchos de los amigos de Neruda estaban en el secreto guardado en “La Chascona”. Entre ellos el muralista mexicano Diego Rivera, quien pintó un retrato de Matilde con dos cabezas. Si se mira con atención el pelo de ella, se ve aparecer difuso el perfil de Neruda, el amante que todavía permanecía oculto. Esta es una de las piezas que se muestran hoy en la casa museo.
En febrero de 1955, Neruda se separa de Delia del Carril y se traslada a vivir a “La Chascona”. La casa había seguido creciendo con el agregado de una cocina y comedor. Posteriormente se construyeron el bar y la biblioteca.
En “La Chascona” se cumple lo que observó Miguel Rojas Mix cuando hizo notar que Neruda modelaba sus espacios en una forma ajena al gusto señorial y burgués: más que las fachadas ostentosas, le interesaban los ambientes interiores, íntimos.
“La Chascona” tuvo su muerte y su resurrección. El 23 de septiembre de 1973, días después del golpe militar que derrocó al Presidente Salvador Allende, Neruda muere en la Clínica Santa María de Santiago. “La Chascona” había sido objeto de actos de vandalismo. La acequia que tanto amó el poeta fue obstruida con lo cual se inundó la casa y hubo que tender tablones sobre el barro para trasladar sus restos, ya que Matilde Urrutia insistió en que fuera velado allí. Ella junto a unos pocos amigos pasaron esa noche en el living que tenía los vidrios rotos.
Matilde se esmeró en reparar los daños de la casa que había construido junto a Neruda, y siguió viviendo en ella hasta su muerte en 1985. Así “La Chascona” fue renaciendo y actualmente es una casa museo destinada a difundir la vida del poeta al posibilitar el acceso a los ambientes íntimos en los que vivió y creó.
En “La Chascona” se conservan entre otras colecciones, una interesante pinacoteca, con obras de pintores chilenos y extranjeros de todos los tiempos. También hay una colección de tallas africanas en madera y otra de muebles y objetos del diseñador Piero Fornasetti. Desde luego están también, los ambientes de Neruda, como su comedor, con la vajilla y cuchillería originales.
La Casa Museo La Chascona cuenta con un sistema de áudio-guías y está disponible en inglés, francés, portugués, alemán y español.
Fundación Pablo Neruda, Fernando Márquez de la Plata 0192, Santiago de Chile
E-mail: info@fundacionneruda.org
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